Guillem es un adolescente que celebra una fiesta en el piso más alto de Magaluf. Con el fin de impresionar a sus amigos, decide saltar desde el balcón a la piscina comunitaria. Un mal salto hace que Guillem sufra por su vida y durante la caída, que se hace eterna, reflexione sobre qué le ha llevado hasta aquí.
En esta caída infinita, Guillem empieza a viajar por su infancia y revive el momento en que una abeja le picó y le convirtió en el niño más popular de la clase durante unos segundos. ¡Era el primer niño que había vivido una picadura de abeja! Guillem descubre cómo a partir de entonces empezó a tener actitudes desagradables para llamar la atención, como perseguir a sus amigos con el dedo después de tocar el cadáver de un animalito atropellado o comer hormigas en el patio de clase.
Volviendo al presente y aún con hormigas en la barriga, cae a la piscina. Mientras le aplauden del balcón, Guillem se siente más vacío que nunca.